Tras idas y venidas, el Ejecutivo aprobó el proyecto de ley que da entrada libre a universidades, institutos, así como las escuelas públicas tecnológicas y pedagógicas, que pasarán al Congreso para su debate y votación. Esta medida no será universal, sino que se implementará de manera paulatina y enfocada a un sector de jóvenes que terminan la secundaria, como adelantó La República.
Es una estrategia que crea la modalidad de admisión de entrada gratis —adicionales a las ya existentes—, las cuales estarán dirigidas a bachilleres o estudiantes de quinto grado con alto rendimiento académico y en condiciones de vulnerabilidad.
Para el primer requisito, deberás tener un desempeño sobresaliente frente a un grupo, a nivel universitario ya lo largo de tu formación en educación básica. Para los segundos, deben encontrarse en condición de pobreza bajo los criterios del Sistema de Focalización de Hogares (Sisfoh) o, de no identificarse, vivir en una situación social, cultural o económica de desventaja.
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Dicha estrategia incluye mecanismos de orientación vocacional, becas para gastos de permanencia, ampliación de vacantes y ciclo de nivelación.
Este último será obligatorio para los estudiantes de libre ingreso, que no se presenten a un examen de admisión como ocurre en el proceso ordinario. Lo que se propone es que el ciclo dure de 4 a 6 meses, antes de los estudios generales. En caso de que el estudiante no apruebe, será dado de baja de la universidad, según una de las últimas versiones del proyecto a la que se accedió.
La propuesta, que también modifica artículos de la Ley Universitaria, se verá en la Comisión de Educación y, de ser aprobada, iría al Pleno. Si se da luz verde y se publica, el Ministerio de Educación (Minedu) tendrá que dar disposiciones para definir criterios técnicos.
Sin embargo, el presidente de la citada comisión, Esdras Medina, también impulsor de la llamada contrarreforma, ha cuestionado el proyecto.
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Esto último difiere del primer anuncio del presidente Castillo, incluso durante la campaña, quien solo habló de “ingreso gratuito a las universidades”.
Así, y a partir de los antecedentes, que incluso se trabajaron durante su gestión, el exdirector de Educación Superior del Minedu Jorge Mori considera que se trata de una propuesta “técnicamente sólida”, por ser focalizada y gradual. “Permite reservar un grupo de vacantes a los mejores alumnos de colegios de las regiones. Es una modalidad que aplican muchas universidades privadas”, dijo.
Agregó, sin embargo, que esta estrategia requerirá estar acompañada de recursos.
Ese es también el pedido de la Asociación de Universidades Nacionales del Perú (Aunap), cuyo presidente, Américo Guevara, señala que no se oponen a la medida, pero que urge un presupuesto para implementarla. Lo que tienen hoy no es suficiente. “El servicio incluye el ciclo de nivelación, docentes, administrativos, cafetería, servicio de biblioteca”, dijo.
Guevara duda que se implemente este año, dados los recursos y la planificación. Detalla que el Minedu designará a los estudiantes en cada colega.
El Ejecutivo habla de ampliación de 6.000 plazas; sin embargo, es posible que estos no solo estén destinados a la entrada libre, sino a otras modalidades.
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Cuestionan reglas sobre presencia
Durante el I Foro de Universidades del Perú hubo cuestionamientos sobre la forma en que el Minedu anunció el regreso a la presencialidad, a menos de dos meses del semestre 2022-2. Agregaron que se deben utilizar los recursos de educación virtual adquiridos por empresas privadas y que habría riesgo de deserción estudiantil.
“Preocupa la sorpresiva normativa que buscaba acelerar el regreso a la presencialidad sin coordinar con las universidades y la Sunedu. Calculamos que más del 20% de los estudiantes estarían en provincias y en poco más de un mes no podrían regresar”, dijo Juan Ostoja, de la USIL.