Universidad de San Marcos, 1980. Jorge Eslava Calvo ganó el Premio Javier Heraud Juegos Florales, con el poemario Ceremonial de defunciones y linajes. Meses después, en ese mismo año, ganó otro premio, el Poeta Joven del Perú, con el libro De faunas y dios. Dos años más tarde, como quien no pierde la costumbre de ser un triunfador, ganó el Premio Copé de Poesía, con su libro Ítaca. El poeta y también escritor, también autor de ese agudo libro Navajas en el paladar, acaba de merecer, con toda justicia, el Premio Casa de las Letras Peruanas 2022. El galardón reconoce su dilatada trayectoria no sólo como poeta, escritor, sino también como gran impulsor de la literatura infantil y juvenil, género en el que ha publicado más de cien títulos.
Jorge Eslava (Lima, 1953) comenzó estudiando Economía, pero migró a Sociología, donde tuvo como compañeros a Nicolás Lynch, Jacinto Yrala y Enrique “Kike” Sánchez. No contento en esa región, se pasó a la Literatura. Como hemos comentado, cosechó premios y luego se dedicó a la docencia, hasta convertirse, como le llaman sus amigos, niños y mayores, en el Capitán de la literatura infantil y juvenil.
Ganaste tres premios importantes y dejaste de publicar. ¿Qué es, rigor con la poesía?
Los premios que consigo en poesía se concentran en la década de los 80. Empecé a trabajar en el colegio Los Reyes Rojos y me aleja de la profesión literaria y me acerca a la profesión pedagógica. Entonces, voluntariamente decido alejarme de mi pretenciosa condición de poeta y dedicarme mucho más a la educación. Y es la educación la que me llevará también a escribir literatura infantil y juvenil.
Por cierto, ¿qué significa escribir buena literatura infantil?
Creo que el gran pecado de un escritor infantil es asumir una posición paternalista o profesoral o infalible ante el adulto que progresivamente pierde la curiosidad. Asume su condición de adulto como autoridad infalible. Creo que esa posición hace mucho daño a la literatura infantil y juvenil. La poca capacidad que tienen algunos escritores para niños y jóvenes de poder sintonizar con los intereses, con el lenguaje y con las necesidades de un niño y un joven. Por ejemplo, un niño también tiene la necesidad de profanar la autoridad de un adulto, de cuestionar su criterio.
Está escrito con diminutivos gratuitos, de forma ñoña.
Precisamente cuando digo que esa actitud profesoral o paternalista hace que el adulto se suba a un podio muy por encima del niño y lo mire como si el niño no tuviera palabras ni ideas. El término “infancia” significa “sin palabras”, por lo que el escritor que considera que su lector no tiene opinión, no tiene palabra, que es un lector pasivo al que hay que tratar con diminutivos o frases cliché o con lecciones éticas, creo que vas por el camino equivocado.
Rodillas Sucias – Jorge Eslava. Foto: difusión
Usted ha señalado que los escolares deben leer el Informe de la Comisión de la Verdad…
Convencido. Hay muchos pliegues en la historia del Perú que aún están ocultos en la cultura y la educación oficial y esto se debe, en primer lugar, a que aún somos una sociedad muy conservadora, donde el maestro ha salido perdiendo porque ha perdido terreno. contra la concepción de la escuela como empresa y ante la embestida de sectores conservadores de padres y madres de familia que le han emboscado al docente y le han quitado el principal capital cultural de un docente, que es su saber. No solo el conocimiento enciclopédico de él sino el saber acercarse a un alumno. Esa es la prerrogativa de un maestro. Y en segundo lugar, Hay sectores, especialmente en las Fuerzas Armadas, extremadamente conservadores y temerosos de que se conozca buena parte de la historia del Perú. El Informe de la Comisión de la Verdad es un informe elaborado a principios del siglo XXI muy similar a las denuncias realizadas a principios del siglo XVII por Guamán Poma. La crónica de Guamán Poma no es más que una larga carta con una inmensa lista de denuncias sobre el acoso, humillación y explotación que la corona está ejerciendo sobre sus pobladores. Ahora ni siquiera lo estudiamos en las escuelas. Han pasado tres siglos y seguimos con los ojos vendados.
Usted ha dicho que el Plan Lector ha fracasado porque los profesores que lo impulsan no leen. ¿Qué repensamos?
Si hubiera seguido en la docencia escolar, sería juez y parte de emitir un dictamen, pero desde que soy profesora universitaria llegan alumnos de las escuelas que me demuestran que el plan lector ha fallado. Ha fracasado rotundamente porque ha acabado sepultando la asignatura de literatura con el pretexto de transformarla en un plan lector, y el Plan Lector, como Plan Lector, no ha podido avanzar. Lo primero que debió hacer el ministerio fue formar al maestro para que se convirtiera en un verdadero transmisor de pasión, para lo cual es necesario que el maestro se aleje de la lectura, convencido de que en la lectura, en sus múltiples manifestaciones, hay una especie de revelación que permite ser mejor ciudadano antes que pretender ser un líder de opinión o un profesional de éxito. Esa preparación no ha sido inoculada en nuestra enseñanza. Por otro lado, están los salarios precarios que reciben los maestros porque uno, para tener cultura, necesita comprar libros, ir a festivales de cine, ir al teatro, ir a conciertos. Lo he repetido muchas veces, el principal agente cultural de una sociedad debe ser el docente.
Otro detalle del Plan Lector, especialmente en las regiones, es trabajar con ediciones descuidadas y estos libros desplazan a nuestros autores clásicos.
Así es como es. Yo he viajado mucho a provincias y siempre logro meter la nariz en las escuelas provinciales y lo que me encuentro es esta especie de consigna que existe en el Perú de que le entregas un producto mediocre al sector popular. Es decir, los sectores más desfavorecidos siempre acabarán, así como se alimentan de comida chatarra, se alimentarán del producto cultural de la mediocridad. Es difícil, muy difícil para ti encontrar buenas ediciones en el Estado, como si el pobre estudiante, para decirlo claro, no tuviera derecho a acceder a un buen libro, bien impreso, bien editado y eso es una especie de tesoro. para el estudiante Entonces, el canon literario empieza a ser bastante amorfo porque no hay criterios de calidad. Reivindicamos la figura de Alegría, Arguedas, Izquierdo Ríos, nos parecen grandes escritores que muchas veces quedan desplazados en estos cánones escolares. por escritores regionales por el prurito de cumplir con esa prerrogativa de ver representada la región, sin importar la calidad del libro.
Y la escuela, la universidad, más que una meta lectora, es un mercado editorial.
El gran riesgo de la literatura infantil es que puede pasar de ser un género literario a ser una industria editorial. Ese es un punto clave. Quienes venden libros infantiles y juveniles en el Perú hoy en día son grandes empresas y como grandes empresas tienen todo el derecho de buscar rentabilidad, pero debe haber voluntad de frenar y encauzar al Ministerio de Educación para que sea de calidad y accesible a un público mayoritario, aun con el riesgo de tocar temas delicados porque ese fin comercial vuelve tremendamente tímido el mercado de la literatura infantil, no toca temas que puedan poner en peligro la comercialización de un determinado libro. Entonces, ahora casi todos los libros “hermosos” pueden clasificarse como literatura infantil, el contenido importa poco.
literatura de miedo
Otro tema, ¿por qué a los niños les gustan las historias de miedo?
Porque es algo de lo que tienen un vago conocimiento, pero en la casa no se toca, se rifan esos temas. Cuando creas un ambiente adecuado, la escuela se convierte en un lugar ideal para tocar lo que quieres saber y que en casa no te lo permiten. A los niños les encantan las historias de terror, así como a los adolescentes les encanta la literatura cercana a lo erótico, porque son temas que poco a poco llegan a la pubertad y luego es como una lluvia torrencial en la adolescencia, porque es uno de los temas de mayor interés. Si juegas una historia erótica en tercero o cuarto de bachillerato, seguro que te encuentras con un sacrosanto silencio.
Acabas de publicar Gymnasium. ¿Es el regreso a la poesía?
Sí, representa un regreso a la poesía después de 30 años y el cual es motivado por una operación de ojo que tuve este año que casi me deja ciego de un ojo. Son poemas escritos con furia, porque le impedían hacer ejercicios físicos. Y estoy obsesionada con el ejercicio físico. Es un homenaje al deporte, en particular al fútbol y al boxeo.
Así, el Capitán ha vuelto a la poesía.
Capitán Ha vuelto a mirar con otros ojos. Ha vuelto a la poesía, ha vuelto al terreno de juego, con la mirada más sensible y más herida.