• No cuenta con el mínimo del 25% de docentes de tiempo completo. Además, se identificó que el 4% del total de docentes con jornada lectiva no acreditan estar dentro del periodo de adecuación previsto en la Ley Universitaria para el semestre 2019-II.

• 6 de cada 10 profesores investigadores declarados no tienen disponibilidad para el desarrollo de esta actividad y/o no cuentan con experiencia previa en investigación. Así, se evidencia que la universidad no ha logrado definir un perfil del docente que realiza investigación.

• La ULC no pudo acreditar la ejecución de las actividades previstas en sus instrumentos tendientes a la mejora continua de las capacidades de sus profesores.

• La universidad no garantiza el funcionamiento de los procedimientos de seguimiento y control de los proyectos de investigación. Tampoco se evidenció la implementación efectiva del órgano de investigación, a pesar de lo dispuesto en su reglamento interno desde 2016.

• Si bien la ULC ha demostrado que ha definido líneas de investigación que cumplen con su normativa interna, no ha demostrado que la gestión de sus recursos económicos se corresponda con los mecanismos para el desarrollo sostenido de la investigación.

• Asimismo, no demostró que cuenta con mecanismos efectivos de seguimiento y monitoreo que aseguren la integridad científica de sus proyectos.

• Existen inconsistencias en la formulación de sus instrumentos de planificación. A esto se suma que la falta de evaluación no le permite a la universidad realizar acciones de seguimiento y control para orientar sus actividades hacia el cumplimiento de sus objetivos.

• No demostró tener las funcionalidades requeridas por los sistemas de aprendizaje virtual, pagos virtuales, gestión de bibliotecas y gestión de indicadores.

• En cuanto a la gestión de la calidad, además de no garantizar la disponibilidad del personal, se identificaron deficiencias en el diseño de los Planes de Gestión de la Calidad, lo que afecta la implementación efectiva de los procesos de calidad de la formación. académico.

• En la evaluación se observaron deficiencias en los procesos de identificación de peligros y gestión de riesgos. En este sentido, no establece ni garantiza estándares de seguridad en sus instalaciones, así como en los laboratorios e instalaciones que la integran.

Finalmente, la universidad no mostró un adecuado manejo contable que permita evaluar su realidad económica y financiera. Debido a esto, no es factible asegurar un nivel adecuado de sostenibilidad financiera que le permita garantizar la asignación de los recursos necesarios para el mejoramiento y mantenimiento de los CBC.

Lima, 22 de enero de 2020